𝓛𝓵𝓮𝓰𝓪𝓭𝓪 𝓭𝓮 𝓾𝓷 𝓫𝓮𝓫é
- Sol Gutiérrez

- 13 ago 2020
- 3 Min. de lectura
La llegada de un bebé representa un cambio brutal, creo que nunca acertaremos respecto a lo que en realidad significa. Es incomparable el amor y la felicidad que sientes al verlo por primera vez. Es como si se detuviera el mundo, la adrenalina recorriendo tu cuerpo se siente como un estado normal, es muy emocionante.
Los bebés son alegría, son la vida misma, nos recuerdan lo frágiles que somos, nos recuerdan la grandeza de donde vinimos, lo majestuoso de nuestra creación. Pero al mismo tiempo afloran los mayores miedos que puedes experimentar en la vida, ahora no sólo eres tú, existe alguien más que depende enteramente de ti y eso sobrepasa los límites de tu mente.

Vivir la experiencia es aceptar permanecer por mucho tiempo en un carrusel de emociones, pero ciertamente las cosas que valen la pena en la vida ameritan un esfuerzo, un plus, no se llega a lo alto sin hacerle frente a la realidad.
Los bebés están hoy en día encasillados sarcásticamente como bendición, se han viralizado como un error; normalicemos el respeto hacia ellos y la vida, pues no bendicen sólo a la familia, realmente son la esperanza del mundo.
Ahora bien, aunque la felicidad no tiene comparación con nada, debemos ser honestos, la maternidad también tiene sus peros.
Decidí escribir cuantas cosas pasaron por mi mente en este proceso, como me sentí y sobre todo como adaptarme a la nueva realidad.
La primera semana es realmente estresante y demasiado agotadora, nunca más duermes, ni dormirás igual. Se traduce en pasar mucho tiempo en vela y otras hasta un poco angustiada, no sé a cuantas mamas les pasó pero me preocupaba mucho por levantarme a cerciorarme de la respiración de mi bebé, nacen tan inmaduros, tan indefensos que sentía que podía olvidársele respirar, realmente era una manía el revisarlo cada madrugada.
Ser mamá primeriza trae consigo que todo el mundo considere que necesitas su sabia ayuda, cuando lo que más quisieras es tener tranquilidad resulta que tienes un millón de consejos que todos consideran que debes seguir. Muchas mamás no recuerdan el cambio hormonal que trae consigo el nacimiento de un bebé, no todas las mamás son iguales, quizás muchas no tengan este problema, pero lo cierto es que la mayoría cómo en mi caso ven en aumento la sensibilidad emocional y es extenuante, realmente agotador que quieran decirte que hacer, como y cuando, aunque también se entiende que muchas lo hacen desde el amor.
Aún cuando es cierto que no tenemos experiencia, considero que el ser mamá te da cierta dirección, te afina el instinto y esto es mucho más sabio que un saco de consejos, que básicamente fueron el instinto de cada mamá en su momento.
Ahora bien, dejando a un lado esto, tu vida se vuelve una carrera contra el tiempo, es increíble cómo te levantas a las 5 am y cuando volteas ya está oscureciendo. Es un verdadero reto organizar tu tiempo, la verdad me ha resultado muy difícil, entre toda la atención que necesita bebé y tus actividades cotidianas existe un gran abismo.
Me ha tomado un mes empezar a pensar en cómo Incorporar mi ex vida a esta nueva vida, y no les mentiré me queda mucho por ajustar.
Cosas tan simples como leer, escribir, planificar no han existido en los últimos días, cada día es como “estuvo bien, hoy sobreviví jajaja”.
Supongo que es absolutamente normal, debemos incorporar una vida a nuestra vida y está nueva vida tiene mucha vida y energía.
Creo que lo importante es entender que todo pasa y ahora mismo es momento de disfrutarlo a él, de aprender con él, de vivirlo porque mi bebé no volverá a ser bebé, poco a poco con determinación lograré retomar mis actividades diarias, realmente las extraño.
Sin embargo, no está mal pausar algunas cosas, mientras tengas claro de cuánto tiempo es esa pausa. Este tiempo no regresará, Así que estoy segura que todas las que pasamos por la maternidad sólo queremos disfrutar el momento, y brindarle la mayor felicidad y tranquilidad posible a esos angelitos que trajimos al mundo.
No obstante mamá que me lee, no está mal sentirse mal un día, no está mal sentirse cansada, no está mal extrañar aquellas cosas que hacías, al final del día ya no eres solo mujer, o solo esposa, ahora también eres mamá y toda tú eres digna de admirar.




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